Juan Agustin Wendy y su hermano Guillermo “Gaseoso” Wendy volvían de la escuela a la hora del mediodía con el hambre propio del que se ausenta por mucho tiempo de su casa. Al pasar el umbral de la puerta de entrada a su morada los atropello un denso y fétido olor que les arremangó la cara.
Dejaron sus cosas en la habitación y se dirigieron a la cocina de donde salía ese aroma nauseabundo. Guille cazó un tenedor rápidamente y con una sonrisa destapó la olla que estaba humeante y en el fuego y se clavó el alimento que alli se cocinaba. A Juan se le siguió arremangando la cara y con una onomatopeya exclamó…… Mmmmm…
(J.A.Wendy)
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