Como parte administradora de esta página, blog, confesionario o lo que sea quiero que la gente empiece a valorar los aforismos de "SEVERO" con la misma intensidad que los incorporados por nosotros tres.
A esta altura puedo terminar diciendo que Mister "SEVERO" no falla nunca. Siendo solo un colaborador ha pasado a ser un indispensable. Por esto y muchas cosas que los lectores no conocen y que son de índole sentimental les dejo aquí su última obra. Atte R. Persico.
Parece que en la edad del pavo, el tirarse un pedo en lugares que no sean el baño resulta gracioso y hasta eleva al “grosero” a un escalafón al que solo llegan los lindos, los drogadictos o los que se comportan de mal modo en el colegio (muchas veces estas características se reúnen en una sola persona).
Pero aquí hay que diferenciar… No es lo mismo aflojar esfínter en la tribuna de Deportivo Morón, que en plena misa de 12. Es obvio que se corren distintos riesgos, sea por cantidad de gente, por calidad o por la simple razón de quien es el acompañante.
Los condicionantes que salvan al “contaminador ambiental” de ser descubierto son varios. La presencia de un bebe, de un perro, de compañeros tan asquerosos como él, del abuelo, la abuela y la lista podría ser interminable.
Entonces, el que osa liberar gases en el recreo del colegio, no es un tipo al que se le otorgue un atrevimiento muy grande.
Entra en juego claramente cuál es el tipo de flatulencia. Los ruidosos pueden ser escuchados por la mujer amada, o lo que es peor, por la madre de ella, o por el profesor de historia europea, aunque se sabe que estos no dejan un olor residual de larga duración. El que sale sin ruido y calienta culo, puede hacer que se entere mucha más gente, pero el tirador puede hacerse el sota y mirar poniendo cara de asco.
Por esto, hay que ver donde, cuando, porque, como y cuál… el análisis posterior hace al arrojo, al valor del niño del culo cantor.
Por esto y por otros circunstanciales más…
“El que se tira un pedo al subirse al ascensor es un valiente”
Severo “El atleta”
Pd: Sería al pedo que fuera Nick.
lunes, 6 de octubre de 2008
viernes, 3 de octubre de 2008
No es por los tres pesos...
Esta historia es antes un padecimiento eterno, que un cuento que me "refale". Siempre he sido partícipe de distintos partidos de fútbol armados entre amigos. Claro, como mis dotes de futbolista no son buenos, fuí siempre un agradecido de que mis amigos me tuvieran en cuenta, aún a sabiendas de que jamás mejoraria. Pero ayer tuve una revelación que me hizo dar cuenta que todo este tiempo (no menos de catorce años), había sido un iluso. Les garantizo que fué angustiante.
Me citaron para un jugar un partido a las nueve de la noche en una cancha de futbol cinco. Me invitaron poco antes de la hora del turno. La verdad es que ni lo tuve en cuenta, me sentí feliz de que iba a jugar un partido entre amigos. Sin siquiera darme cuenta comenzaron a gritar: "ulti", "Ante", etc. Para cuando me di cuenta ya habian llegado al "ante, ante pe". Todo fue muy rápido, despues deduje que lo habian organizado. Me puse abajo de los tres palos dispuesto a cumplir con mi tarea. Me llamaba la atención como me festejaban cualquier intervención que tuviera en este puesto. Pongamos... Pateaban de atras de mitad de cancha, apenas si llegaba con fuerza, la tomaba sin esfuerzos y me gritaban: "buena tito, muy buena". Que se yo, era raro. Por allá al primer gol me dijeron que siguiera que lo estaba haciendo bien, que era bueno para eso. Ya por el gol numero 5 pedi salir un poquito. La pelota me llegaba poco, no entraba nunca en las jugadas que planificaban. "vos toca rapido", me decían... "andá a jugar arriba". Pero las jugadas se armaban y yo, aunque delantero, no participaba. Mi semblante fue camiando al tiempo que se acercaba el final y no habia participado demasiado.
Al séptimo gol, me dijeron que volviese al arco, que sabia hacerlo, mientras que ellos "no veían una". Fuí al arco pero ya disgustado con lo que me tocaba vivir. Por allá cuando el encargado pitó indicando que el turno había finalizado, me dirigí a la puerta de salida sin mediar palabra. Uno de los míos me grito: "Tito, no te olvides el billete". Y ahi caí...
"CUANDO SOS MALETA TE LLEVAN PARA PAGAR EL TURNO"
(Tito, Parecido)
Pd: que sea nick!
Me citaron para un jugar un partido a las nueve de la noche en una cancha de futbol cinco. Me invitaron poco antes de la hora del turno. La verdad es que ni lo tuve en cuenta, me sentí feliz de que iba a jugar un partido entre amigos. Sin siquiera darme cuenta comenzaron a gritar: "ulti", "Ante", etc. Para cuando me di cuenta ya habian llegado al "ante, ante pe". Todo fue muy rápido, despues deduje que lo habian organizado. Me puse abajo de los tres palos dispuesto a cumplir con mi tarea. Me llamaba la atención como me festejaban cualquier intervención que tuviera en este puesto. Pongamos... Pateaban de atras de mitad de cancha, apenas si llegaba con fuerza, la tomaba sin esfuerzos y me gritaban: "buena tito, muy buena". Que se yo, era raro. Por allá al primer gol me dijeron que siguiera que lo estaba haciendo bien, que era bueno para eso. Ya por el gol numero 5 pedi salir un poquito. La pelota me llegaba poco, no entraba nunca en las jugadas que planificaban. "vos toca rapido", me decían... "andá a jugar arriba". Pero las jugadas se armaban y yo, aunque delantero, no participaba. Mi semblante fue camiando al tiempo que se acercaba el final y no habia participado demasiado.
Al séptimo gol, me dijeron que volviese al arco, que sabia hacerlo, mientras que ellos "no veían una". Fuí al arco pero ya disgustado con lo que me tocaba vivir. Por allá cuando el encargado pitó indicando que el turno había finalizado, me dirigí a la puerta de salida sin mediar palabra. Uno de los míos me grito: "Tito, no te olvides el billete". Y ahi caí...
"CUANDO SOS MALETA TE LLEVAN PARA PAGAR EL TURNO"
(Tito, Parecido)
Pd: que sea nick!
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